domingo, 18 de agosto de 2024

Los Guanches siguen vivos! LA GOMERA III

 

Engullido por la soledad que trasmite este paraje inhospito, encuentro la esencia de un modo de vida ya olvidado en este lugar, los nativos y autoctonos podrian hablar de ello. Los barrancos que se precipitan hacia el valle tambien cargados de historias y deseos me abren la imaginacion con una vision barranquista en una decada de los 90 de novedad y plenitud en Canarias. Solamente el sonido de los cascabeles de las cabras me llegan a los oidos en estas rutas a pocos centenares de metros sobre el nivel del mar y sobre inmensas atalayas donde no hay detalle que escape al ojo puedo contemplar cada rasgo y linea del terreno siempre tan abrupto en esta isla salvaje.

Izqu. Barranco de las Hayas - Dere. Barranco de los Garañones

Venir a la Gomera para bajar cañones es alejarse del estandar consumista, es abrir la sensibilidad a otro tipo de barrancos no conocidos en la peninsula, por no hablar de Europa. Pero esta vez, mis pasos me llevan por asomadas, bajaderos y margenes de la montaña donde no es necesario el uso de cuerdas. Desde estos rincones contemplo los paisajes que alguna vez algunos exploradores descendieron. Caideros de vertigo, lleno de cardones y tabaibas somo si de macetas verticales se trataran. Porque me hace volver este lugar una vez mas? La mezcla de armonia, aislamiento y admiracion por los primeros que pasaron por aqui en estos moribundos y decrepitos cauces verticales surgidos de los volcanes va mas alla de su concepto.

Barranco del Agua y las fuentes de Guada

Hoy aprieta el calor arriba, en el altiplano del valle Gran Rey no hay sombras ni refugios para este sol que hoy es abrasador pero a lo lejos puedo ver un bosque de pinos y laurisilva . Una ligera brisa de aire calido cesa en las partes protegidas de estos viejos y desamparados senderos verticales y la sensacion de bochorno se acentua. El agua helada de mi botella hace tiempo que se calento pero satisface el paladar. La magia llega cuando contemplo un pequeño oasis en medio de un terreno seco y esteril, es la presita de las Hayas, con agua limpia pero estancada. Justo al otro lado y a pocos metros cae empicado el barranco con el mismo nombre. Hay unos viejos anclajes (aun colgaria mi vida de ellos) sobre el primer caidero, anclajes testigos de la exploracion y otros posteriores en el tiempo de una reequipacion.

Presita de las Hayas

Si estos anclajes hablaran...

Caideros, bajaderos y barrancos con identidad propia porque si hay algo que define la Gomera es eso, un terreno dificil y escabroso. La conexion con este tipo de descolgaderos es compatible rechazando la superficialidad, buscando esa tranquilidad y paz que evoca su conjunto para llegar a momentos reflexivos. Y poco a poco, paso a paso y sin darme cuenta, llego al final de esta ruta que me ha llevado durante dias al punto de partida. Atras quedo el silencio perdido en los riscos de los valles o el maravilloso sonido de las cabras, no se me va de la cabeza, porque a veces los pequeños detalles marcan la diferencia. 

Cabecera Barranco de Lances

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